Eugenio Ibarzabal

Algunas preguntas a Mario Conde

Publicado por el 31 Mar 2008

Me quedé a ver la entrevista con Mario Conde. No la voy a juzgar. No soy quién. Tan solo voy a tratar de describir lo que percibí, fijándome en lo que dijo, en lo que no dijo y en su lenguaje corporal, que a su vez dice… y mucho. Algunas de las preguntas que hago son las que me hubiera gustado haberle hecho en ese momento.

  • En Mario Conde se puede apreciar la marca del sufrimiento. Físicamente. Los surcos de su cara me llamaron la atención. No eran simplemente las de un hombre que ha perdido peso, que se puede recuperar, sino la expresión de algo ya irrecuperable. Dudo que alguien dijera que ha salido tan pimpante de la cárcel. No, se aprecia que ha sido muy duro.
  • Me llamó la atención su autocontrol mental. Se contenía constantemente: sus manos le delataban. Apenas sonrió.
  • Son varias las personas que se han dado cuenta de que no se arrepintió de nada. Es cierto. ¿Tenía que hacerlo?… ¿Y tenía que hacerlo en ese escenario, un circo?… Pero hay otra cuestión. Lo haya dicho o no, ¿se habrá arrepentido interiormente de algo?… ¿Habría repetido tal alarde de visibilidad, o hubiera dicho ahora que una persona de negocios no debe salir en medios?… ¿Seguirá pensando hoy que si no sales en medios es que como si no hicieras nada, que si no se vende es como si no se existiera?…
  • Es sin duda hombre inteligente: entró en la cárcel con la situación visualizada, y desde el mismo día se situó en la nueva situación, tratando de sacar lo mejor de la situación. Se trata exactamente de eso. Y él lo hizo.
  • Pero en esta vida no sólo cuenta ser inteligente: dijo que lo que le pasó luego estaba previsto y escrito en su discurso del Doctorado Honoris Causa en la Complutense. Si fue así, ¿cómo no fue capaz de evitarlo?…
  • En ese discurso hablaba de que nadie debería escapar al control de los demás, tampoco los mejores. ¿Se refería a él?… ¿Fue tal vez esta la razón por la que cayó, porque no hubo quien le controlara en aquellos primeros momentos?…
  • Alguien que le conocía muy bien me dijo de él hace ya muchos años que su problema es que “se hizo un personaje antes de ser persona”… Y hace falta ser incluso mucho más inteligente que él para dominar a la fiera que todos creamos en un determinado momento.
  • La inteligencia no es un mérito: es como ser guapo o feo, alto o bajo, haber nacido aquí o allá. Es un dato. El criterio no es ése. Lo único importante es lo que haces con ello: y es evidente que hay “lúcidos” que se destrozan. El político más inteligente que he conocido en mi vida se hundió, y lo hizo él mismo.
  • ¿Cuándo se hace el balance en la vida de una persona?… El ejemplo de Conde es claro: según el momento en que introducimos el termómetro el juicio puede ser uno u otro. Una vida admirable en un momento, un desastre profesional luego, una vida de sufrimiento más tarde… ¿Cuándo juzgar una vida?… ¿No será mejor que no sepamos ni el día ni la hora, luchar y confiar?…
  • Lo cierto es que ha salido del hoyo, y si es verdad como dijo, sin “tumores en el alma”, en ese caso sí es realmente admirable. Entonces sí que podrá decir: “hubo pena, pero mereció la pena”…
  • A la vista de lo que luego sucedió, ¿quién estaba más acertado, su mujer o él?…
  • ¿Cuántos de los que hoy le desprecian y no quisieran saber nada de él, en su momento le admiraron y en el fondo, pudiendo hacerlo, quisieron ser y hacer lo que él?… En el fondo, ¿su figura no es un buen espejo en el que mirarnos un poco todos?…

A vueltas con un libro

Publicado por el 16 Mar 2008

Obviamente, no me quedé a gusto con los comentarios que hizo sobre Chris McCandless, el joven de 24 años que pereció de hambre en Alaska, y relatado en el libro “Rutas Salvajes”, de Jon Krakauer. Por algo sigo con ello. Es de los libros que más me han interesado últimamente. Algo semejante me ocurrió hace años precisamente con otro libro de Krakauer, “Mal de Altura”, donde narra una tragedia en el Everest. Y al final, supongo que están dos cosas: el impacto que te causa imaginar esa tragedia en un hijo de esa edad y el problema de la motivación.

Hay un momento en el que Krakauer, tratando de entender los porqués nos narra su subida, teniendo la misma edad de Chris, al “Pulgar del Diablo”, en Alaska. “De repente, te das cuenta de lo que tienes que hacer: escalar”, nos dice el autor, rememorando cita de J. Menlove Edwards. O dicho de otra manera: de repente, encuentras tu motivo, y en consecuencia te sientes motivado. La motivación es la consecuencia de haber encontrado anteriormente un motivo, y no al revés.

Y de la misma manera que Krakauer encuentra una pared, “El Pulgar del Diablo”, 1800 metros sobre un glaciar, los demás también nos enfrentamos con nuestra pared particular en algún momento. En unas ocasiones la encontramos y en otras la pared nos encuentra. ¡Qué más da!… Lo importante es que estamos frente a ella. Y al enfrentarnos, rehacemos nuestra vida. Si la respuesta que damos es la auténtica –más allá de llegar a la cumbre o no-, crecemos; si es no lo es, nos encogemos.

He hablado de todo ello en una agradable comida con mis amigos de Ilundain, una admirable fundación destinada a ayudar a jóvenes en situaciones difíciles, con las que estamos trabajando en la actualidad. Se trata simplemente de encontrar primero un punto en el que la persona guarda escondido su motivo, sacarlo a luz luego, y tocar luego amablemente en él. Tocar sólo donde hacemos bien. No digamos que es difícil: bien que sabemos tocar allí donde hacemos mal. Y así con todos, con jóvenes fáciles y difíciles, jóvenes y mayores, intelectuales o trabajadores, líderes o empleados.

Siguiendo a Krakauer: “A medida que la ascensión continúa, te acostumbras al riesgo, a contemplar de cerca la muerte, y llegas a creer en la fiabilidad de tus manos, tus pies y tu cabeza. Aprendes a confiar en tu propio autocontrol… Las horas transcurren como si fueran minutos. La confusa carga que comporta la vida cotidiana queda olvidada temporalmente, borrada de tus pensamientos por la arrolladora claridad de la meta y la seriedad de la tarea en curso”…

Algo de esto ha debido suceder esta semana a tenor de la velocidad con la que ha transcurrido: equipos de Territorio e Innovación con el Plan Estratégico de Irun o reflexión sobre un posible diseño de la nueva Oficina Judicial con un estupendo equipo de secretarias y secretarios judiciales. Reuniones nada fáciles en principio, pero que salen maravillosamente bien tal vez porque todos hemos visto que había un motivo, que aquello valía la pena y que en consecuencia merecía la pena trabajar y pensar. Al final, cansancio y un buen montón de satisfacciones.

No sé si alguien sigue las polémicas en Francia y Alemania con motivo de los beneficios millonarios de algunos directivos: el último escándalo francés indicaba que la indemnización era veintiséis veces superior al de un catedrático de Universidad. ¡Para qué necesitarán tanto dinero!… Lo mismo ocurre en España con algunos directivos de bancos y grandes empresas. Y lo justifican diciendo que también los ejecutivos de organizaciones de otros lugares del mundo ganan lo mismo. Es decir, compararse con el que más gana: lo mismo que critican a sus propios trabajadores cuando exigen alzas basadas en sueldos comparativos. Me parece un auténtico escándalo. Y lo peor es que, lejos de avergonzarse, se ufanan en público de ello. Luego hablarán de que la sociedad sufre una crisis de valores. Michel Rocard , antiguo Primer Ministro, lo ha explicado maravillosamente bien en su artículo en “Le Monde” del 6 de Marzo: “sin una ética fuerte, es el propio capitalismo el que puede entrar en crisis”.

Fui a ver “Cerrando el círculo”, y sin ser ninguna cosa del otro mundo, me gustó.

En homenaje a Isaias

Publicado por el 11 Mar 2008

Todo el repaso de la semana queda trastocado por el asesinato de Isaías Carrasco. Escuché la noticia por la radio a los pocos minutos de producirse el atentado, y tuve la misma sensación que cuando mataron a mis amigos: algo se para, se lentifican todos mis actos y me encuentro de verdad con lo importante en la vida, mucho más allá de las disputas políticas. Pienso en el dolor de sus hijos, lo intuyo, y me viene a la mente como algo realmente insoportable. Curiosamente dejo de pensar en Isaías, y me imagino el terror de tantos concejales y exconcejales vascos, y todo lo que estará pasando por la mente de muchas de sus familias. Escucho las palabras de algunos de sus vecinos, que hablan como si les hubieran golpeado unos matones, aterrorizado primero y trataran de expresarse llorando después. ¡Cuánto dolor!…

Al atardecer veo pasar delante de mí una manifestación que grita “borroka da, bide bakarra”, y me fijo en sus caras. Hay jóvenes pero también personas mayores. Me quedo mirando a una de ellas, que también me mira. Veo sonrisas y un aparentar indiferencia ante lo ocurrido. ¿Será de verdad así?… Pienso en el que ha matado ese mediodía, cómo estará, qué pasará ahora por su mente, más allá de intentar escapar de la policía. No puede haberlo hecho sin luchar primero consigo mismo y doblegar después sus escrúpulos. También a las fuerzas de represión nazi les costaba mucho al principio hacer lo que hacían. Pienso en los padres de algunos huidos pensando que tal vez haya podido ser su hijo… No tienen más que dos opciones: reconocerlo o mentirse a sí mismos y seguir mintiendo a los demás. Autodestruirse, lo que significa luego destruir aún más. Cuantas veces escuchamos análisis sobre el origen del terrorismo. Para mí es bien simple: la soberbia llevada hasta el límite y la consecuente degradación, porque la responsabilidad es personal.

Mis buenos amigos Josune Bereziartu y Rikar Otegi me recomiendan un libro que devoro en dos días: “Hacia rutas salvajes”, de Jon Krakauer, un libro que ha dado lugar a una reciente película de Sean Penn. El libro me ha emocionado por muchas razones. En un primer momento sientes una admiración sin límites por el héroe de la historia: un joven de veintipocos años que quiere vivir la vida, intensa y libremente, enamorado de la filosofía de Tolstoi, hasta su holocausto final en los bosques helados de Alaska. Pero luego te das cuenta de que no piensa más que en él, que sólo cree en él y que vive como si los demás no existieran. Aunque no lo diga, vive como si fuera el centro del universo. Herido y sin poder moverse, coloca un cartel en la puerta de su guarida: “Necesito que me ayuden; estoy herido, moribundo, demasiado débil para salir de aquí, estoy completamente solo. No es una broma”… Nadie pasó hasta semanas más tarde. Para entonces, ya había muerto de hambre.

Cuando era pequeño en casa me contaban un cuento. Era un pastor que un día se puso a gritar que venía el lobo. La gente de los alrededores se acercó a ayudarle, pero él se rió de ellos. Lo hizo una segunda vez, y la gente, esta vez con dudas, se acercó una vez más, por si acaso. Nuevamente escuchó una risotada por respuesta. Pero la tercera vez vino realmente el lobo y el pastor pidió ayuda; esta vez no vino nadie y el lobo acabó primero con la manada y luego con él.

Hay quienes nos han engañado no una ni dos sino varias veces. Es más que posible que cuando mañana hablen en serio ya no les crea nadie. Y en ese momento me viene el texto evangélico: “perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Sábado en una parroquia

Publicado por el 03 Mar 2008

Semana tranquila, en la que me gustaría citar una experiencia bien agradable en una parroquia guipuzcoana, donde hemos ayudado a elaborar el Plan Estratégico en compañía de la comunidad. Y lo traigo hasta esta página, porque hay varias lecciones de interés.

  • Los conceptos básicos siguen siendo los mismos: misión, visión y estrategias básicas. Con frecuencia nos encontramos, por ejemplo en el mundo educativo, con que este tipo de aproximación parece tener referencias empresariales, pero ya vemos que no es así. Simplemente es válido para todo tipo de organizaciones.
  • Fue realmente interesante el debate sobre la misión de una parroquia hoy, para que está y no está. Pudimos encontrarnos con planteamientos bien diferentes, en el sentido de que algunos insistían sobre un aspecto y otros sobre otro. Unos en lo social, otros en la acogida a los que sufren desde un punto de vista espiritual –en algunos, aunque se sobreviva, no hay una razón para vivir-; para unos centrada más en los creyentes, y para otros más en los que están alrededor.
  • Un clima de respeto entre todos, pero en el que los laicos podían decir, y de hecho lo dijeron, lo que consideran oportuno al sacerdote, incluso lo que no gustaba, y unos sacerdotes que aceptaban todo tipo de comentarios, hechos siempre con buena intención y voluntad.
  • Una organización en la que el día a día es de los laicos, con una propuesta de futuro párroco laico, dedicándose los sacerdotes a lo que se tendrían que dedicar. Me recordaba un poco al nuevo papel de los jueces en la reforma judicial, despegados por completo del día a día y simplemente dedicados a dictar sentencias.
  • Una comunidad formada por gente alegre, jóvenes y mayores, y mucho sentido común y humildad. Es seguro que hay crisis religiosa, pero también es seguro de que hay bases muy sólidas. Uno sale con la sensación de que hay parroquias con futuro y otras no, dependiendo de las personas, laicos y sacerdotes. Me consta de otras parroquias en las que los sacerdotes se niegan en redondo a algo semejante, y no es cuestión de edad.

Hay un autor que he descubierto y que me ha interesado mucho: Tom Butler-Bowdon, y no porque sea original, sino porque uno de sus tres libros: “50 Clásicos espirituales”, efectúa un resumen muy breve de cincuenta pensadores, permite ver similitudes, amplia horizontes y te anima a profundizar lo que más te interese. Me ha gustado.

Un libro

Publicado por el 25 Feb 2008

Txus Imaz, conociendo mi interés por Viktor Frankl, me regala el libro de Alex Pattakos, que es una aplicación de la filosofía del psicólogo austriaco al mundo del trabajo. “Cae” en dos días. La verdad es releer a Frankl inspira siempre. En el fondo se puede resumir diciendo que su filosofía es la de que podemos elegir entre buscar sentido a nuestro trabajo diario o verlo como algo exterior a nuestra vida real. Creo que esta elección es de una gran actualidad, porque hay quienes piensan que la verdadera vida comienza el viernes al mediodía y termina al anochecer del domingo. Cuando nos quejamos del trabajo, desconectamos de una parte de la vida, a la que renunciamos. Pattakos nos recuerda que somos prisioneros de nuestros pensamientos y sigue a Frankl cuando aquel decía que nuestra mente puede ser un campo de concentración. “Cada día hay más gente que tiene todos los medios para vivir, pero carece de razones para vivir”… Pues eso.

Y al hilo del libro, mira por dónde que termino viendo “Ahora o nunca”, con Jack Nicholson. Lo pasé en grande, claro. Sé que hay mucho tópico y que el final es previsible, pero me da igual. Creo que el ejercicio que hacen sigue siendo válido, y que algunas de las conclusiones a las que llegan son universales: se trata de cerrar las heridas afectivas que llevamos dentro. Y eso es lo que da la paz, que no es causa sino efecto.

Los lunes suelen estar dedicados al Centro de Innovación Urkide, y en ese marco acudimos a una intervención espectacular sobre bullying de Maite Vesga y Víctor Maeztu. Una evaluación de los asistentes superior a los nueve puntos. Y es que la herramienta que mostraron es enormemente práctica para identificar situaciones y gestionarlas bien. Creo además, y muchos de los asistentes así lo vieron también, que sirve para entender muy bien el “subsuelo” de una clase.

El libro está ya en la imprenta. Ha cambiado de título. Ahora se llama “Volver a empezar”, y así quedará, no hay que preocuparse. Sé que puede ayudar, o al menos con esa intención está hecho, y me ha servido también para recuperar la vocación: qué bien lo he pasado escribiendo. Llevaba ya un tiempo en que no me sucedía eso de que las horas pasan sin que uno se dé cuenta. Escribir un libro es también un proceso, y hay un momento en que el libro cobra vida. De eso al éxtasis hay muy poco.

Preparo las conferencias de Abril y Mayo con Josune Bereziartu y María Vasco. Hablo con María en Barcelona y me llama la atención su fijación en Pekín. Esa sí que lo tiene claro. Y como diría Víctor Frankl: «quien tiene un por qué, casi siempre encuentra el cómo”… Y además María tiene una gran conferencia y si se descuida, un gran libro.

Por razones diversas me acerco al proceso del aprendizaje en el baile, y me llama la atención el hecho de que para que una pareja de baile funcione una tiene que conducir a la otra, que se ha de dejar conducir. Me hace pensar en términos de liderazgo. Para que alguien se deje conducir la condición fundamental que ha de producirse es la de la confianza. Y con ello una experiencia: quien no se fía de los demás tampoco es muy de fiar.

A la vuelta de una película

Publicado por el 17 Feb 2008

Leo, no sé en donde, una estupenda crítica de una película, “Asuntos privados en lugares públicos”, del histórico Alain Resnais. Voy, supongo que por eso y porque el cine francés me sigue haciendo tilín, no sé muy bien por qué. Y a la salida me pregunto qué habrá visto el crítico para darle tres estrellas. Es entretenida y está bien hecha, de acuerdo. Pero además de inverosímil, que diría aquél, uno se plantea donde está el interés de contar tres historias, con una ligazón forzada y cuya única conclusión tal vez pueda ser que todas nuestras vidas son una sarta de mentiras. No es que uno crea lo contrario, de verdad, ni piense que cada historia, libro o película tiene que encerrar un mensaje final, pero de eso a que no haya nada y para entretener al personal se dediquen a hacer gracias con lo religioso, hay un largo trecho. ¿Merece la pena romperse la cabeza para dar a entender que nuestras vidas son una farsa?… A respetar, sin duda, pero supongo que también otros respetarán mi derecho a decir que eso no vale absolutamente para nada. Hay quien dijo que “el hombre era una pasión inútil”. Pues para él… Prefiero seguir a personajes como Pepe Barguñó, creador de Intrépida MU.

Sigo a Sarkozy y me pregunto si no puede llegar a cansar. Estamos en un mundo en que parece que si no eres visible no existes, pero creo también que en muchas ocasiones la supervivencia depende de que en ese momento no te vean y pases desapercibido. La invisibilidad tiene también un gran valor, y en todo caso me pregunto cómo se puede vivir siempre luchando contra todo y contra todos. En el libro de Jasmine Reza se observa muy bien que cuando Sarkozy llegó a la Presidencia descubrió al mismo tiempo que la cima tampoco era para tanto. Es como el vacío tras el orgasmo. Este hombre ha generado tanta envidia que es como si todo el mundo le estuviera esperando… caer. ¿Se puede vivir así?…

Semana intensa en el Ayuntamiento de Irun, trabajando en el Plan Estratégico. Felix Goñi, un gran investigador y participante en la reflexión, nos recordó el momento en el que las aduanas se cerraron y todos los listos pensaban que Irun se hundía. Lejos de hundirse, tan solo unos pocos años más tarde, Irun está mejor que nunca. ¿No será que necesitamos retos para seguir vivos, y en caso contrario morimos de éxito?… ¿No será necesario preguntarse primero si una sociedad tiene o no retos antes de hacer previsiones sobre su futuro?…

La mayoría de Kosovo está feliz, sin duda. Pero en ocasiones la independencia es la plasmación de que es imposible vivir juntos y en armonía; guste o no, es también la expresión de un cierto fracaso humano.

Leo las reflexiones de Regis Debray en su último libro “Un candide en Terre Sainte”, donde manifiesta que es en Israel donde ha visto “la más densa concentración de individualidades atacantes por metro cuadrado”… Es así. Y una conclusión: el auténticos derrotado, convertido en aún más minoritario e incomprendido, es precisamente el mundo cristiano. También leo con interés las declaraciones de la mujer de Berlusconi. Pero no opino, entre otras cosas porque no soy mujer.

John McCain, su experiencia

Publicado por el 11 Feb 2008

Siempre me interesó la odisea de McCain, virtual candidato republicano, como prisionero de guerra en Vietnam, al igual que he sentido una cierta fascinación por la de Víctor Frank en un campo de concentración nazi. Son historias de supervivencia mental en la peor de las condiciones. Y la lección es clara: aún en las condiciones más duras hay quien es capaz de mantener su capacidad de elección.

McCain, un joven piloto de bombardeo, hijo y nieto de relevantes almirantes –su padre es el responsable de la Armada en el Golfo de Tonkin en esos mismos momentos- cae en su vuelo veintitrés cerca de Hanoi, con graves heridas en una de sus piernas, que le deja prácticamente inútil. Es detenido. Desde ese momento han de pasar más de siete años hasta su salida de la prisión.

Lo fundamental es que muy pronto sus captores se dan cuenta de quién es hijo y nieto, y tratan de efectuar con él una operación de propaganda ofreciéndole la liberación, tratando de demostrar así su buena voluntad hacia quien precisamente dirige operaciones de combate contra ellos. McCain, que acababa de entrar en la treintena, se niega. Es mantenido en celdas de aislamiento, maltratado y torturado. Él les dice que ha de salir en el mismo orden en el que entró. Lo consigue. Pero lo más importante es cómo lo consigue.

Él viene a afirmar que la crueldad humana puede ser tal que puede doblegar cualquier confianza en uno mismo. Viene a decir que sólo no se puede. Llama la atención que él necesite algo así como un sistema de aseguramiento de su decisión, que lo encuentra en el Código de Conducta Militar. Dicho Código tiene unas reglas para los Prisioneros de Guerra. Y opta por agarrarse a ellas y cumplirlas a rajatabla. Como un bote salvavidas. Pero hay más: la comunicación –clandestina- con algunos de sus compañeros le resulta vital, saber que hay una persona al otro lado de la pared en la celda a la que golpea utilizando un código.

Él, que era un joven bien y juerguista, termina desarrollando una fortaleza mental indestructible. Descubre los valores del amor y del honor, y en unas páginas realmente emocionantes afirma que la gloria es mantenerse unido a algo que es más grande y exterior a uno mismo, como pueden ser una causa o unos principios. Sabe que otros se están fijando en él. Si cede es un mal ejemplo para los demás. Y consigue resistir. Hay un momento de gran tensión: le dicen que puede salir y que los demás nunca sabrán por qué.
– Pero yo sí lo sabría, -contesta- yo sí lo sabría.

Cuando lees este tipo de historias, como la de Víctor Frank, tienes la sensación del enorme potencial que implantaron en nosotros. Cabe pensar en que fue con alguna finalidad. McCain se divorció al poco tiempo de volver.

Comenzamos a trabajar con un Centro para chicos en situaciones especialmente difíciles, en Haritz Berri, muy cerca de Pamplona, y la verdad es que cuando uno se encuentra con profesores de esa talla humana, uno piensa que trabajar con ellos es un privilegio y un gran placer.

De vuelta a casa

Publicado por el 04 Feb 2008

Jerusalem es para mí un universo en pequeñito. Por eso me gusta volver. Esta vez tuve una suerte especial. Conseguí entrar en la Explanada de las Mezquitas. Si a alguien le interesa no tiene más que preguntarme: conozco el truco. Y entendí muchas cosas allí dentro. Un amigo árabe nos dijo que el Templo nunca había estado donde decían los judíos, que era una mentira más. Es como si no se pusieran de acuerdo en nada. Uno piensa que todo tiene solución, pero cuando está allí le llega la intuición de que, a veces, lo mejor que se puede obtener es no estropearlo más de lo que ya está. En ocasiones, sacar lo mejor posible es evitar una desgracia mayor. Tal vez parezca poco ambicioso, pero para la persona que sufre las consecuencias dolorosas es lo que realmente desea obtener.

Uno ve allí personas que van a vivir su vida sin ver solución al conflicto. Un viejo panadero nos dijo que nunca habían vivido tan bien como cuando estaban los británicos. ¡Y los británicos marcharon en 1948!…

Si a alguien le interesa esta historia, le recomiendo tres libros: “Oh, Jerusalem”, de Dominique Lapierre y Larry Collins. “Una historia de amor y oscuridad”, de Amos Oz, y “Jerusalem”, de Karen Amstrong.

Esta semana ha sido una oportunidad para encontrar gente maravillosa. En Pamplona hemos contactado con “Haritz Berri”, un Centro educativo y asistencial destinado a chicos en situación muy complicada, y en San SebastiánNagusilan”, una asociación de voluntarios mayores, con un presidente de más de ochenta años, un plan estratégico y un plan de extensión por otras ciudades. Entusiasmo y buenas caras. ¿Por qué en unos sitios sí y en otros, a pesar de que la situación es sin duda mejor, no?… La naturaleza humana es un misterio. Luego diremos que somos seres racionales. Pues lo siento mucho, pero no.

Sigo con mis libros de desarrollo personal, y llego poco a poco a una conclusión. Los hay de dos tipos: los que plantean que el deseo de las personas puede alterar las leyes del universo y los que afirman que lo mejor que pueden hacer las personas es adaptar sus deseos a las leyes del universo. En un tiempo era de los que pensaban en la primera opción. Poco a poco me voy pasando a la segunda.

Estoy siguiendo con gran interés lo que ocurre en América con las elecciones, y no les puedo ocultar mi admiración por John McCain. Al margen de las ideas de una y otros –creo que todos son gente moderada esta vez- me gustaría decir que he seguido a McCain desde hace muchos años, conozco parte de su vida y su autobiografía “Faith of my Fathers” ha sido para mí un libro fundamental. No conozco traducción al castellano, pero la semana que viene, si la gripe lo permite, hablaremos de él.

Anuncios e invitaciones

Publicado por el 21 Ene 2008

Me gustaría comunicaros tres conferencias que me hacen mucha ilusión para el presente año. En el marco del “Foro Eurogap de Marketing”, el 17 de Abril Eugenio Ibarzabal ofrecerá una conferencia en el Kursaal de San Sebastián en compañía de la escaladora Josune Bereziartu. El 24 de Abril en Madrid, en el Hotel Meliá Castilla, en compañía de la regatista olímpica Theresa Zabell, y el 7 de Mayo en Barcelona, esta vez con la marchista María Vasco, bronce en los recientes mundiales de atletismo. El título de la conferencia será “Mercado y personas. La importancia de la innovación personal”. Al final del acto dedicaré el nuevo libro a los asistentes. Os tendremos al tanto de estos actos. Me haría mucha ilusión veros. Si os apetece acudir nos los indicáis y os decimos el trámite a seguir para lograr la invitación. Es muy sencillo; estamos seguros de que será un gran día.

Trabajando en Canarias y en Casa África, uno va entrando más y más en la problemática de la inmigración que ha llegado a estas islas. Sabes que has dramático, pero cuando entras con detalle lo es aún más: violaciones a las mujeres que embarcan como si fuera lo último que fueran a hacer antes de morir, un viaje agónico en muchas ocasiones, chicos a los que sus familias exigen dinero de inmediato al llegar, traslados muy duros, contradicciones en la sociedad que los recibe: ventaja de una mano de obra barata, competencia con los lugareños más pobres, dramatismo en la llegada a la playa. Auténtico horror. He visto vídeos realmente duros, y he constatado el sufrimiento de los canarios, a los que ha tocado y han sufrido directamente esa realidad, ante el simple “teorizar” de todos nosotros.

La verdad es que trabajar en Canarias está siendo penetrar en un mundo diferente. No sé si es el clima, pero lo cierto es que el talante es diferente. Y como uno lo que más estima últimamente es trabajar con gente amable, pues está resultando una experiencia estupenda.

La semana que viene me voy a Jerusalén, una de mis ciudades favoritas. A la vuelta seguiremos en comunicación.

Año nuevo

Publicado por el 13 Ene 2008

Leo una entrevista con un personaje interesante: Moisés Broggi, un cirujano centenario. ¿Por qué interesante?… porque lo que dice le toca a uno. Tienes la impresión de que está diciendo la verdad: “sufrir es necesario para ser compasivo. Si no has sufrido no puedes entender el sufrimiento de otros. Hay que aceptar el sufrimiento y el dolor porque son la mejor preparación para la muerte… Si no hay sufrimiento ni dolor, la muerte es algo terrible… La vejez ya está para eso… Si todo va bien en la vida, no se puede aceptar la muerte”… Me acuerdo de esto ahora que estoy conociendo “jefes tóxicos”. Y me está viniendo bien para ver lo afortunado que soy, los sufrimientos de muchos trabajadores y, en definitiva, para entender mejor la naturaleza humana. Prefiero no continuar.

Es curioso: el año pasado decidí que ya no haría más planes. Estoy harto de planificar mi vida. El pasado año pasé una vez más la auditoría de AENOR y el auditor, alguien magnífico del que siempre aprendo, me llamó la atención sobre que no estaban muy especificados los objetivos del año. “Pues sí, le dije, en esto no voy a decir la verdad. Tendrás objetivos si hace falta ponerlos pero no serán ciertos. He decidido responder a las propuestas que la vida me ofrezca, en cada momento, coincida o no con la fecha de identificación de objetivos del año”… Me ha venido bien poner y trabajar esos objetivos a lo largo de veinte años, pero ya está bien. Ahora les toca a otros. Esto no obsta para que tengamos proyectos. Dos o tres. Algunos muy queridos. Cosas que ilusionan y porqués para tirar hacia delante, pero objetivos ya no.

Como en Barcelona con María Vasco, bronce en 20 Km. Marcha, y su marido José Antonio, quinto español en 50 Km. marcha. Gente magnífica. Qué vida de sacrificio. Analizamos sus porqués, que son diferentes. Preparamos un proyecto con tres deportistas para este año. Lo anunciaremos rápidamente. Mientras tanto, creo que el libro saldrá el 17 de Abril.

Esta semana se produce algo agradable: reunión con los voluntarios de la DYA de Gipuzkoa, que reciben su certificación ISO. Los primeros. Y nos enteramos del origen: Inma, la mujer del Presidente, José Luis Artola, le dice que ha leído un libro mío y que hay que aplicarlo en la DYA. Y poco a poco lo hacen y se comprometen. Se nos acerca otra organización de voluntarios para trabajar. Este mundo estará lleno de egoístas, pero cuanta gente encantadora hay también. Soy de los que pienso que la inmensa mayoría. Broggi termina diciendo que “el sentido de la vida es disfrutarla, pero haciendo disfrutarla a los demás”. Eso.

Comenzamos a trabajar con el Ayuntamiento de Irun en su Plan Estratégico. Es increíble observar el Irun de hace unos años y el de hoy. Se habla mucho del cambio de Bilbao, pero algún día se hablará del de Irun. Espectacular. Y ahora, con una expectativa 2020. A por ello. Y tengo la impresión de que trabajar con ellos, como con la DYA de Guipúzcoa, va a ser un placer.

He pasado un rato agradable con “El niño con el pijama de rayas” y también “Lejos de ella” me hizo pensar y admirar a Julie Christie. Aunque sea una tontería, me he reído mucho con “Desacuerdo perfecto”…

Que os vaya de cine a todos.