Eugenio Ibarzabal

PREGUNTAS.

Publicado por el 09 Jun 2023, en Sin categoría

Las horas inmediatas a conocer el resultado electoral son esas en las que uno se pregunta por qué demonios se habrá dado de alta en un chat político y si no ha llegado el momento de abandonarlo. 

Llama la atención lo claro que se tienen las cosas a las diez de la noche a propósito de algo que se ha empezado a detectar a las ocho y cinco, y que tal vez contrasta con la opinión que se tenía en torno a las siete y media de esa misma tarde. 

Una práctica fascinante, lo digo por experiencia, es escribir la víspera, en un papel, lo que se cree que va a salir al día siguiente.  

Se observa que uno no quiere comprometerse ni consigo mismo. Nos cuesta poner negro sobre blanco el posible resultado, como si luego quedara una sombra que cabalgara para siempre detrás nuestro.  

Luego descubrimos que, al escribir la quiniela, nuestras simpatías alteran nuestra percepción de la realidad, así como advertimos la influencia que las encuestas tienen sobre nuestra opinión a propósito del resultado final, encuestas convertidas en la referencia, cuando nuestra propia percepción de la realidad también debería contar para algo. 

En cualquier caso, imaginemos que ya hemos escrito nuestra previsión, guardado en un cajón y que la leemos el lunes por la mañana, una vez que el resultado nos es conocido. 

De no acertar, ya no voy a poder decir aquello de “yo ya lo dije”. Me observaré, en adelante, más prudente al hablar. 

Podré acertar más o menos, pero casi nunca acertaré del todo. El ejercicio nos hará pensar: ¿por qué no me di cuenta antes? ¿en qué mundo vivo?, ¿con quiénes hablo?, ¿qué información recibo?, ¿en qué me fijo?, ¿qué doy por sentado?… 

Si la distancia entre lo previsto y lo ocurrido es grande, y además contrario al partido al que decidí votar, me puedo encontrar asimismo preguntándome: pero ¿cómo es que “gente normal” puede votar a ese otro partido?, como si solo yo fuera “gente normal” y los demás no. ¿Cuál es la “gente normal”? ¿Algo parecido a lo que es un “matrimonio normal”? 

¿Un chat político sirve algo más que para excitarse y excitar a los demás? 

Escribí en este mismo blog el 21 de noviembre del pasado año:  

“¿Cabría pensar que hay organizaciones que están más cerca que otras de la gente, interpretan mejor sus sentimientos y son consideradas como una ayuda más cercana en el día a día?”. 

 “Una organización local es un privilegio para un partido: son sus ojos y oídos más directos. Por el contrario, si algo está condenado al fracaso son los partidos de cuadros sin arraigo social”.  

Sigo pensando lo mismo. 

Parece haber consenso en que se trata de un “tirón de orejas”. No lo sé. ¿Y si le siguiera algo más, incluso un cierto desgarro?… Ahora, ya se sabe, todo fluye. Aunque no fuera un cambio de ciclo, ¿por qué no actuar como si lo fuera? ¿Merecería la pena adelantar esos deberes pendientes y, sin alharacas, protagonizar un ciclo nuevo?  

Se trataría de elegir tres puntos de inflexión, nada más, de esos que son de verdad y de los que el cambio se nota tan solo a medio plazo.  

Esos tres puntos están, seguramente, ya identificados, pero tienen un denominador común: duelen al tocarlos. 

Se trataría de no hacer que se hace, sino de hacerlo. 

¿Se imaginan qué sería hoy del PSOE si, en lugar de Pedro Sánchez, hubiera estado al frente Susana Díaz, de la que ya nadie se acuerda, y que, en su día, recibió el apoyo de la vieja guardia, hoy tan enfadada con Sánchez?  

Al igual que le ha ocurrido al Partido socialista francés, el PSOE tal vez habría iniciado una tendencia definitiva hacia su desaparición, en beneficio de no se sabe muy bien qué.  

Lo siento; hoy solo tengo preguntas. 

Comentarios

  • Rafa Agirre

    Eugenio…, y si la respuesta nos la pueda el GPT-CHAT? Sería la pera, eh? Pero creo que no vas muy descarrilado. En política, hoy, los ciclos de nacer, crecer y desaparecer, son muy cortos. Una alarma, también, para las viejas referencias.


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