Eugenio Ibarzabal

Un libro

Publicado por el 25 Feb 2008, en Sin categoría

Txus Imaz, conociendo mi interés por Viktor Frankl, me regala el libro de Alex Pattakos, que es una aplicación de la filosofía del psicólogo austriaco al mundo del trabajo. “Cae” en dos días. La verdad es releer a Frankl inspira siempre. En el fondo se puede resumir diciendo que su filosofía es la de que podemos elegir entre buscar sentido a nuestro trabajo diario o verlo como algo exterior a nuestra vida real. Creo que esta elección es de una gran actualidad, porque hay quienes piensan que la verdadera vida comienza el viernes al mediodía y termina al anochecer del domingo. Cuando nos quejamos del trabajo, desconectamos de una parte de la vida, a la que renunciamos. Pattakos nos recuerda que somos prisioneros de nuestros pensamientos y sigue a Frankl cuando aquel decía que nuestra mente puede ser un campo de concentración. “Cada día hay más gente que tiene todos los medios para vivir, pero carece de razones para vivir”… Pues eso.

Y al hilo del libro, mira por dónde que termino viendo “Ahora o nunca”, con Jack Nicholson. Lo pasé en grande, claro. Sé que hay mucho tópico y que el final es previsible, pero me da igual. Creo que el ejercicio que hacen sigue siendo válido, y que algunas de las conclusiones a las que llegan son universales: se trata de cerrar las heridas afectivas que llevamos dentro. Y eso es lo que da la paz, que no es causa sino efecto.

Los lunes suelen estar dedicados al Centro de Innovación Urkide, y en ese marco acudimos a una intervención espectacular sobre bullying de Maite Vesga y Víctor Maeztu. Una evaluación de los asistentes superior a los nueve puntos. Y es que la herramienta que mostraron es enormemente práctica para identificar situaciones y gestionarlas bien. Creo además, y muchos de los asistentes así lo vieron también, que sirve para entender muy bien el “subsuelo” de una clase.

El libro está ya en la imprenta. Ha cambiado de título. Ahora se llama “Volver a empezar”, y así quedará, no hay que preocuparse. Sé que puede ayudar, o al menos con esa intención está hecho, y me ha servido también para recuperar la vocación: qué bien lo he pasado escribiendo. Llevaba ya un tiempo en que no me sucedía eso de que las horas pasan sin que uno se dé cuenta. Escribir un libro es también un proceso, y hay un momento en que el libro cobra vida. De eso al éxtasis hay muy poco.

Preparo las conferencias de Abril y Mayo con Josune Bereziartu y María Vasco. Hablo con María en Barcelona y me llama la atención su fijación en Pekín. Esa sí que lo tiene claro. Y como diría Víctor Frankl: «quien tiene un por qué, casi siempre encuentra el cómo”… Y además María tiene una gran conferencia y si se descuida, un gran libro.

Por razones diversas me acerco al proceso del aprendizaje en el baile, y me llama la atención el hecho de que para que una pareja de baile funcione una tiene que conducir a la otra, que se ha de dejar conducir. Me hace pensar en términos de liderazgo. Para que alguien se deje conducir la condición fundamental que ha de producirse es la de la confianza. Y con ello una experiencia: quien no se fía de los demás tampoco es muy de fiar.

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