Eugenio Ibarzabal

Un sueño

Publicado por el 24 Jun 2008, en Sin categoría

Si me preguntaran cuál es mi sueño contestaría lo siguiente: ayudar a combatir el sufrimiento, el malestar de las personas –su Cansancio Mental Continuo- y colaborar a que encuentren la paz… sin necesidad de que tengan que ir al psicólogo o al psiquiatra. Quiero explicarlo bien: creo que la psicología y la psiquiatría están para lo que están, y vaya por delante mi admiración por la labor que efectúan. Pero hay unos tramos que no son ni de psicología ni de psiquiatría, sino de enfrentarse al sufrimiento, conocerse un poco, simplificar, encontrar un porqué y poner un poco de orden en la vida de uno. Combatir el sufrimiento no ha de ser tarea exclusiva de ellos; combatir el sufrimiento es tal vez la tarea en la que nadie nos puede sustituir.

Creo que en la actualidad se envía con demasiada facilidad a las personas hacia el psicólogo o el psiquiatra, ya desde niños. Es el camino más fácil, para los que sufren y para los que toca ayudar, que no hacen en realidad sino renunciar a su obligación.

Al final, hay tres cosas: voluntad, capacidad y medios. La cultura dominante pone primero los medios, luego la capacidad y finalmente la voluntad. Creo que el orden es exactamente el contrario.

A la luz de lo que observo cada día, creo cada vez más que la cuestión fundamental es tomar como referencia en la vida hacer lo que nos toca en lugar de lo que nos apetece o sale de nosotros en cada momento. Lo digo porque, a lo más que podamos aspirar, es a aprovechar a disfrutar, ensanchar y desarrollar aquello que la vida nos ofrece en cada momento.
– Sé que lo que nos toca, por duro que sea, puede llegar a llenarnos.
– Sé que seguir lo que nos gusta en cada momento, sin tener en cuenta lo que nos toca, nos puede ocasionar mucho sufrimiento. Un sufrimiento que finalmente no compensa.
– Sé que seguir una vocación o un sueño, no es hacer lo que nos gusta, sino asumir lo que nos ha tocado hacer.
– Sé que el disfrute viene al final, y casi nunca al principio.
– E intuyo que cuando un torero dice que no le importa morir en el ruedo, un montañero en una pared, o una actriz en el teatro, no lo dice porque es lo que le gusta sino porque asume que debe permanecer allí donde, no se sabe muy bien porqué –ni él ni casi nadie- le ha tocado estar.

Intuyo un itinerario de innovación personal que pasa, a mi juicio, por lo siguiente: asumir y aceptar, renunciar a todo lo que impide ver bien, enfocar y hacer bien las preguntas, asumir y hacer lo que toca, luchar con el ego, descubrir y disfrutar. Algo así.

He seguido con atención lo que ha ocurrido en Irlanda: a mí me parece que han hecho lo que les gustaba en lugar de lo que les tocaba hacer. Han pensado solo en ellos mismos y a corto plazo. En realidad, el corto plazo es un pensamiento que tiene como final uno mismo. Y estoy absolutamente en contra de que la única reacción sea preguntarse: ¿qué ha hecho mal Europa para que los irlandeses hayan reaccionado así?… Entre otras cosas porque Europa somos también vd. y yo. Tendremos que efectuar la autocrítica correspondiente, claro que sí. Pero los que, llegado el momento de dar, olvidan la ayuda que han recibido y la generosidad prestada, merecen la respuesta adecuada. Como decía Daniel Cohn-Bendit recientemente: “El resultado del referéndum tiene que tener consecuencias: si se dice que no, se sale de Europa”… ¡Con lo bien que me caían los irlandeses!…

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