Visita a Barcelona
Publicado por Eugenio Ibarzabal el 01 Jul 2008, en Sin categoría
Por cierto, que en Barcelona, cuando hablo del agotamiento de un sistema en el País Vasco, me hablan como de “ya visto” hace cinco años. Me sueltan la palabra “cainismo”. Aprovechamiento hasta el último recodo de lo que hay, rencillas personales, debates internos que solo entienden los que participan. Lo dicho, fin de ciclo, agotamiento y necesidad imperiosa de aire fresco. ¿Pero existe aire fresco en algún lugar?…
Visito empresas y empresas, y curiosamente, veo ánimo, estabilidad y seguridad, salvo en la construcción y en el consumo. Se advierte que la reconstrucción que se hizo en los noventa, dramática, las fortaleció y las preparó para retos que sobrepasaban el tiempo inmediato.
Sigo la Eurocopa, cómo no, y pienso en Luis Aragonés. Me acuerdo de lo que se dijo de él y de lo que ha conseguido ahora, haciendo lo mismo que le criticaban entonces. ¿Por qué entonces no y ahora sí?… Si hubiera dimitido entonces se hubiera justificado el éxito actual como debido al siguiente entrenador. A veces, lo único que hay que hacer en la vida es aguantar.
Como con un gran amigo con el que, a pesar de estar de ciento en viento, siempre reímos y siempre terminamos “hablando en serio”. Al final, lo acepta, todo es tan sencillo como que necesita encontrar un quehacer que tenga sentido. Hoy se aburre, y el aburrimiento es peligrosísimo. Nunca he entendido esa pasión de algunos por jubilarse. ¿Ya sabes lo que vas a hacer luego?, les pregunto. Tantas cosas, me replican satisfechos en un primer momento. Les contesto que subir montes no dura más de una semana. ¿Qué es lo que quieres hacer luego que no lo puedas hacer hoy?…
He pasado una semana estupenda leyendo a Stendhal. Me gusta, lo sé, No soy nada objetivo. Consiguió hacer, básicamente, lo que le dio la gana: creer, descreer, viajar, escribir, leer, estudiar el comportamiento humano y estar enamorado constantemente. Y con poco dinero. Siempre he tenido la impresión de que su “piel de mujer” le salvó de lo grosero y de lo vulgar. Me ha interesado siempre su relación con las mujeres, aunque no ha llegado a divertirme como la de Flaubert con Louise Colet. Un buen libro para el verano y para alguien que le guste su obra es la biografía de Flaubert escrita por Henri Troyat. Por cierto, acabo de leer el libro de Luis Bassats, “Confesiones personales de un publicitario”. Me hubiera gustado que escribiera más decepciones, problemas y vivencias duras. Pero es como si hubiera dicho: ¿para qué?…. Algo más que agradable…