No solo de pan vive el hombre.
Publicado por Eugenio Ibarzabal el 30 Nov 2015, en Sin categoría
He tenido la oportunidad de leer vidas de los implicados en las matanzas de París. Con todo el cuidado del mundo, me atrevo a ofrecer tres perfiles: fanáticos, pequeños delincuentes y gentes de carácter débil captadas por personas más fuertes. También he leído declaraciones de algunos de sus allegados, que, de manera sistemática, les describen una y otra vez como a personas de buen corazón, engañadas y caídas en el lado equivocado de la historia. Pero todas ellas tenían algo en común: la yihad dio sentido a sus vidas.
No pretendo disculpar: si en algo creo es en la responsabilidad individual. Cuando surge un nombre y una fotografía compruebo la edad y pienso en mis hijos al tener esos años. Siempre lo veo luego de una manera diferente. Una sombra de profunda tristeza me domina: han destrozado vidas, para empezar la suya. Imagino también el trato sufrido en la comisaría.
En general, parece evidente por qué ingresaron en semejante horda: es el atractivo de un proyecto radical, que cubre un vacío enorme, que atrapa (literalmente), hasta sus últimas consecuencias. Observamos así el salto a la trascendencia, a la búsqueda de sentido, a la necesidad de vivir con intensidad. “De verdad”. No hace falta luego leer más; los conocemos, los hemos visto muy de cerca. Quizá forman parte, incluso, de nuestras propias familias.
Se dice que los jóvenes ya no tienen interés en nada que sea serio; he aquí la mejor demostración de la falsedad de esas palabras. Trascendencia, sentido, proyecto, hasta llegar al sacrificio, considerados por algunos como reliquias del pasado han pasado a ser más actuales que nunca. Algunos han marginado y se han reído de lo “serio”, pero “lo serio” ha vuelto para tomarse venganza.
Dentro de la gravedad, estos actos nos sirven para recordar graves carencias y necesidades: si algo estamos aprendiendo es que también necesitamos de lo serio. “No solo de pan vive el hombre”, dijo alguien. Sabía de lo que hablaba.
Habrá que atacar lo que sea, pero como olvidemos la necesidad de proyecto y sentido estaremos disparando contra nosotros mismos.