Leo una entrevista con José Luis Sampedro en “El País” y traigo hasta aquí lo que me ha resultado más revelador.
– “Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe”…
– “Esta es una de las razones por las que existen religiones, hay quien se cree a los dioses porque se ve inseguro ante el mundo…. Pensar que hay alguien que nos protege es consolador. Pero mi actitud de no usar ese consuelo, también. Mire, yo estoy a punto de morirme y estoy tan tranquilo. Gracias a ella (mira a su esposa), que me da una enorme tranquilidad y a la que le debo la vida. Si no fuera por ella, yo estaba mucho hace tiempo… Yo tengo mi consuelo en mi manera de pensar, y acepto lo que se me viene encima”…
– “Yo no pretendo cambiarlo (el mundo), sino estar en armonía con él, y eso supone una vida que cursa como un río”… “Ese es un consuelo. No necesito la esperanza de un personaje que me acoja. Admito que haya más allá, pero no un señor pendiente de José Luis”…
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“¿Qué creencia tiene quien piensa que Dios se regocija con el sufrimiento?”…
– “Hay unas campañas fabulosas para inculcar a la gente lo que tiene que votar… La gente no hace crítica, porque acepta la creencia que le proponen a base de bombardearle con los medios… ¿De Japón?, ¿de Haiti?, del Sida en Africa, o de la falta de educación, no habla nadie porque no interesa al poder, que es el que dispone de los medios, que dicen lo que al poder le interesa… Eso que llaman la información es una parte de lo que pasa, ocultando todo lo demás… Lo hacen inconscientemente porque saben que eso es lo que vende… El periodista que o hace lo que conviene o se arriesga, y se lo piensa”…
– “Yo no sé ni hablar por el móvil, no me interesa. Gracias a mi mujer, que se entera de lo que hay y me lo cuenta”…
– “Ahora lo de Bolonia es entregar a la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiará lo que convenga para producir más”…
– “Yo aconsejo que el chico haga lo que le guste, porque rendirá más y vivirá más feliz, aunque gane menos… Si hubiera sensatez, si nos educaran para ello, reaccionaríamos y diríamos: alto, paremos a pensar. Racionalicemos el crecimiento demográfico”…
– “Vamos a redistribuir la producción. El poder no quiere reflexionar porque no le interesa cambiar… Mientras, se corrompe todo, el sistema se hunde, entramos en esta barbarie. Como pasó al final de Roma… El sistema capitalista se ha terminado: ya no funciona… Quizá la primera reacción del poder sea el autoritarismo”.
– “Estamos divididos deliberadamente para que seamos menos eficaces”… la gente quiere ser propietaria, porque quiere mandar, y quien quiere una cosa quiere otra”…
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No son unas simples opiniones, siempre respetables, de una persona de noventa y pico de años, sino de alguien que junto a Stèphane Hessel, son considerados como los gurús del movimiento 15-M, por lo que uno tiene derecho de igual manera a responder, desde la máxima humildad y respeto, y con la misma franqueza con la que el Sr. Sampedro habla.
Como disiento radicalmente de las alternativas que propone, aquí van también mis opiniones, con el mismo derecho y con la misma franqueza:
1.- Estoy hartito de que algunos pretendan ganar debates trastocando por completo la posición y argumentación del contrario. Así cualquiera. ¿Quisiera señalar en la actualidad el Sr. Sampedro algún cristiano que afirme que Dios se regocija con el sufrimiento humano?…Tan solo uno, por favor.
2.- ¿De verdad cree el Sr. Sampedro que la gente somos tontos y nos dejamos engañar más allá de una información de primera hora?… ¿Se considera el parte de la gente, o es una excepción?… ¿Por qué nos engañamos los demás, pero él no?… ¿Es acaso mejor que nosotros, los que conformamos la gente?… Y si él consigue no engañarse, ¿por qué no lo vamos a estar consiguiendo los demás, aunque nuestras opiniones no sean las de él?….
3.- Si los periodistas no tienen más remedio que hacer lo que la audiencia quiere, ¿quién manda, el poder o la gente?…Por una parte, leyendo a Sampedro, da la impresión de que es el poder quien es el culpable, pero al mismo tiempo él dice que es la gente la que impone su criterio y no quiere enfrentarse a la realidad… ¿En qué quedamos, es uno, es otro, o son los dos?, porque en uno y en otro caso su análisis ya no es válido y las consecuencias son radicalmente diferentes.
4.- Hablando de Bolonia, ¿le parece mal al Sr. Sampedro que tantos profesores de la universidad, lo mismo que nos toca a los demás, tengan que responder y adecuarse a las necesidades que la sociedad nos pide, o por el contrario considera bien que puedan campar a sus anchas, generando capillas, manipulando accesos a cátedra, defendiendo intereses corporativos e impidiendo el acceso a títulos si no se pasa, otra vez, por sus manos o no se cumplan sus exigencias de todo tipo?… ¿O es que no ve cómo está la universidad española?… ¿Por qué no les pregunta a los jóvenes estudiantes universitarios qué piensan de la actitud y quehacer de buena parte de sus profesores?… Una cosa es la libertad de cátedra, que es sagrada, y otra hacer lo que a cada uno le da la realísima gana, que es lo que está sucediendo en muchas ocasiones, y ante lo que Bolonia, felizmente, es, con todas sus limitaciones, un primer intento a la hora de racionalizar.
5.- Cada uno podrá estudiar y hacer lo que le gusta, de acuerdo, pero cada cual deberá también asumir las responsabilidades derivadas de sus decisiones, por ejemplo, en el campo del acceso al trabajo. ¿O no?… ¿Quién asume la frustración de un estudiante al que se le dice, haz lo que te apetezca, tienes derecho a todo y el culpable de lo que te pase luego son los demás?…
6.- ¿Qué es eso de racionalizar el crecimiento demográfico?… ¿Está hablando de España?… ¿Eso significa exactamente hacer qué, y con qué derecho con respecto a los demás?…
7.- ¿Qué es eso de que los creyentes creemos, valga la redundancia, porque necesitamos un consuelo?… ¿Por qué se cree él más bravo que los demás al decir que él no lo necesita y que se basta con su mujer y su manera de pensar?… ¿Por qué se cree más fuerte, más íntegro y más valiente que los demás, que nos engañamos al parecer cada día, proyectando al cielo nuestros miedos y frustraciones?… Los que creemos y los que no creemos conjugamos el mismo verbo: creer, y en consecuencia asumimos los mismos riesgos.
8.- ¿Y qué responsabilidad tienen en la crisis todos esos pequeños empresarios y directivos de empresa ante los que los que las reivindicaciones sindicales pueden exigir lo que sea utilizando por todo argumento: “es tu problema, nosotros no hemos generado la crisis”?… ¿Acaso la han generado esos pequeños empresarios?…
9.- ¿Qué alternativa económica tiene el Sr. Sampedro para todos los miles de parados españoles, además de decirnos que el sistema se acaba, cuando hasta hace tres años estábamos casi en pleno empleo?… ¿Hace seis años también nos decía que el sistema capitalista se acababa?… ¿Y cómo es que Holanda, con un sistema capitalista, está con un 5% de paro, 4.7 % en Japón, 4.2% en Austria, 3.8 % en Dinamarca, 3.3% en Noruega, 3.1% en Suiza, 4.9% en Australia, 3% en Malasia, 1.9% en Singapur, 6.4% en Brasil, 7.1% en Alemania?… ¿Está dispuesto a derribar un sistema que en esos países ha conseguido esas tasas de desempleo?… ¿Estarían sus gentes de acuerdo, y en el caso de que no, será porque están engañadas?… ¿No le parece que, en realidad, estamos hablando de algo específico que ha fallado en España?… ¿No habrá también una cuestión de valores compartidos?… Basta con viajar un poco por Europa y observar que otros hablan de la crisis como de una cosa del pasado. ¿Por qué allí sí y aquí no?…
10.- En la historia de la España republicana y con anterioridad, hubo un personaje que se llamaba Alejandro Lerroux. Era la izquierda de la izquierda; clamaba contra el sistema, contra los ricos, y decía querer comerse a los curas y a las monjas. No sólo terminó abrazando a la derecha, sino adhiriéndose al Movimiento Nacional de Francisco Franco en 1936… Una cosa es una cosa y otra cosa es otra, sin duda. Las circunstancias históricas son diferentes, ya lo sé. No hay por qué comparar, pero sí se puede y se debe ser prudente, respetar a los demás, saber que la naturaleza humana no es precisamente ejemplar, que errores y barbaridades hemos cometido todos. Y la edad sirve precisamente para eso, para poner las cosas en su sitio, para recordarlo a los más jóvenes, asumir que la historia no empieza de cero y aprender.
Pero eso mismo es lo que yo creía de la vejez hasta que leí lo que pensaba el Sr. Sampedro. Lo dicho: más que indignado, uno está hartito.
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Si algo bueno demuestra el movimiento
15-M en España es que una movilización tan importante puede conseguirse…
sin dinero. Según algunos, en esta vida, si no hay recursos y apoyo no hay nada que hacer. Pues no siempre es así. El 15-M lo acaba de demostrar. ¿Se imaginan toda esa fuerza organizada y canalizada no hacia que otros lo consigan, sino a conseguirlo, por ellos mismos, por ejemplo, en una formación política, en generación de asociaciones cívicas, en empresas pequeñas, en nuevos servicios, en organizaciones de carácter no lucrativo?… De Mayo del 68 parte de los estudiantes se comprometieron luego, y de allí salieron partidos, periódicos, empresas y organizaciones.
En el País Vasco parte de todo ello se ha canalizado en Bildu, y ahora están en las instituciones. En este sentido, se diga lo que se diga, es de felicitarse y de felicitarles, guste o no. Es un buen ejemplo.
Pero hay algo más. Me consta por testigos allí presentes lo que está pasando en algunas asambleas del 15-M. Hay gente estupenda y con un montón de ganas de hacer cosas. Pero también me consta que están siendo abroncados e insultados cuando tratan de organizar esa fuerza, diseñar alternativas y tirar hacia delante. Hace unos días en Madrid les llamaron “nazis” por tratar de hacer eso mismo. Alguien allí presente me habló de que le había recordado a “Rebelión en la granja”, de Orwell.
Estoy absolutamente convencido de que el 15-M podrá lograr que algunas orientaciones cambien. Pero serán pocas y no decisivas. Lo más positivo está en dos cosas:
– si los mejores de ellos asumen su papel, dejan de esperar a que lo hagan otros y tiren por sí mismos.
– y si de estos días algunos aprenden cómo es la naturaleza humana, lo difíciles que somos, lo capaces de hacer barbaridades y maravillas, y sirve de maduración personal. A ellos y a todos nosotros.
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Habrá quien diga que últimamente sólo me meto con el pensamiento de izquierda. ¿Pero es que en la derecha en España hay pensamiento últimamente?… Es tan solo una pregunta, claro. Lo mismo que hay negocios del pasado, existen todavía ideologías del pasado, que pasarán.
Por cierto, y hablando de indignados y del 15-M: si hay alguna persona joven quiere organizar algo por su cuenta y le apetece contrastarlo con alguien, e incluso ser acompañado por un tiempo, aquí estamos. Gratuitamente.
A mí me hubiera venido muy bien cuando empecé.
Antes de acabar anunciar que el IV Taller de Innovación Personal en Loyola será el 25, 26 y 27 de Noviembre.