Eugenio Ibarzabal

Serrano Suñer, Jacobo de Alba, el Padre Llanos y el final de la violencia

Publicado por el 05 Abr 2015, en Sin categoría

Está de moda decir que hay que “mantener el discurso” y que no están dispuestos a que se lo “roben”. A respetar, obviamente. También leo estudios sobre lo poco que, al parecer, hemos hecho los vascos contra el terrorismo. En algunos años tuvimos que escuchar aquello de que la sociedad vasca estaba “enferma”; ahora se nos dice que, además de enfermos, hemos sido unos cobardes. Nunca ha salido nada malo de estudiar. Es precisamente por eso que hoy propongo, incluso, algunos estudios más.
Creo que sería bueno un estudio sobre la actitud histórica de la sociedad española hacia el franquismo y su aceptación real. Sería del máximo interés recordar cuántos decidieron ser “apolíticos”, los que optaron por “vivir y dejar vivir”, cuando no disfrutar de su “paz”.
Otro estudio debería profundizar en el porcentaje de gente que realmente luchó contra el franquismo, de un modo u otro. Sin olvidar el apoyo real que la sociedad española dio a represaliados, detenidos, familias de encarcelados y asesinados, así como de los que lo denunciaron o salieron a la calle por ellos. Es decir, convendría saber por el porcentaje de “cobardes” y de “valientes”. Aquí y en todas partes.
Todo ello nos daría una visión más objetiva y más exacta de cómo sucedieron realmente las cosas, y, a partir de ello, elaborar un discurso de lo que ha sucedido entre nosotros a lo largo de estos años. Sé que alguno puede pensar que estoy “uniendo churras con merinas”. Pero a mí me parece que no, que lo que estoy proponiendo es que pongamos sobre la mesa todo lo que sabemos de sufrimiento y de maldad, y que, una vez puesto, lo observemos, nos miremos a la cara los unos a los otros, nos cojamos de la mano y elaboremos entre todos un discurso muy breve, que solo diga una cosa: nunca más. Qué verdad es aquello de que la memoria es selectiva. No quiero herir a nadie; pero sí decir que últimamente me siento herido.
Dicho eso, afirmaré que no quiero juicios sobre el pasado, que no soy nadie para juzgar a otros, del mismo modo que considero que tampoco otros tienen autoridad moral alguna, entre otras razones porque, conociendo sus trayectorias ideológicas, mucho nos tememos que tienen los resultados en la mesa antes de comenzar a efectuar el examen. O dicho de otra manera: que no me fío un pelo.

Llanos

La gripe me ha permitido que “caigan” aún más libros, y esta vez me ha dado por biografías vinculadas a la guerra civil: Serrano Suñer, José María Llanos y Jacobo Alba, el duque y embajador franquista en Londres, padre de Cayetana. Ya ven. Observo la importancia de los asesinados en la vida posterior de las personas más cercanas. Serrano Suñer y el Duque de Alba siguieron (eso sí, guardando las formas) impertérritos en su odio, hasta el final. ¡Qué frases para el recuerdo!… Jamás se les escuchó acercamiento propio alguno hacia el sufrimiento de los demás. Comparo su trayectoria con la de Llanos, al que mataron dos hermanos inocentes, de la manera más cruel. Muy a pesar del terrible ego del cura, de sus aciertos y errores, no tengo duda alguna de quién encontró la paz y quién no. Y también de con quién se puede construir. Hay personas que, a pesar de lo que han sufrido, me dan miedo. Si los asesinados pudieran hablar, qué nos dirían hoy a unos y a otros. Porque la desgracia es que no son muertos los que ahora nos hablan, sino vivos.

Dos entrevistas a propósito de «Cincuenta semanas y media en Brighton». una con Almudena Cacho en EITB. http://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/mas-que-palabras/audios/detalle/3108362/eugenio-ibarzabal-50-semanas-media-brighton–radio-euskadi/
Y otra en El Mundo, con Joxean Izarra: «Reza, hoy juzgan a tu primo». http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/04/05/55210010ca4741be648b4570.html

El Mundo

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