Eugenio Ibarzabal

Grecia: ni contigo ni sin ti.

Publicado por el 28 Jun 2015, en Sin categoría

Syriza ha basado su táctica en pensar que “no os vais a atrever a dejarnos fuera”. Otra táctica ha sido la de retrasar la verdadera negociación, con la esperanza de que Bruselas no tenga otro remedio que ceder en el último minuto: “por la paz una ave maría”. También ha pretendido plantearlo como un tema moral: víctimas y culpables, tratando de lograr la culpabilidad externa y la solidaridad interna. Lo han pensado muy bien, pero…

Bruselas no podía hacer otra cosa que esperar: no había hasta el último momento nada que negociar. Resultaba evidente que la perspectiva de una salida de Grecia no era de su agrado, pero había también voces diciendo que la podían controlar. Su única duda era, llegado el momento, hasta dónde ceder. No era tanto cuestión de números, sino de dónde salen esos números: aumento de impuestos o recorte de gastos. Cuestión de confianza. Tenían sus líneas rojas, pero, al contrario de los griegos, no las mostraron en público. Por otra parte, concesiones significa precedentes para otros países.

Dicho esto, ¿hay de verdad solución final para Grecia?… La situación bien podría quedar reflejada así: ni contigo ni sin ti mis penas tienen remedio. Ni dentro, ni fuera de la UE. Los griegos van a tener que hacer sacrificios si permanecen en la UE y aún mayores si salen de la UE. Tendrán que elegir entre lo malo y lo peor. Veremos lo que finalmente dice su gente en el referéndum.

Pero la pregunta sigue ahí. Sea cual sea el escenario final, la solución pasa por un acuerdo interno de la sociedad griega: un acuerdo de solidaridad y de creación de riqueza. En privado los griegos no hacen sino hablar mal los unos de los otros.

En el año 2010 escribí que era mejor que Grecia saliera del euro. Desde entonces sus obligaciones con respecto a los acreedores han crecido, muy a pesar de que en 2014 habían comenzado a crecer. El lío en pocos meses se ha hecho aún mayor. Y de seguir así, crecerá. Bruselas, es decir, todos, dimos un dinero en determinadas condiciones, acertadas o no, para tapar un agujero que solo los griegos habían generado, muy a pesar de las ingentes ayudas previas de los fondos europeos, agujero que, llegado el momento, los griegos no tuvieron otro remedio que reconocer. Conviene recordarlo. La pregunta es cómo generar más riqueza. La pelota, ya no de la negociación sino del futuro, la tienen los griegos, no depende de los demás. Que no nos creen falsas culpabilidades.

Tsipras es no solo la expresión de la ideología anti empresa (de ahí en gran parte el desastre de los últimos meses y la falta de acuerdo) sino también alguien que no es capaz de resolver nada. Genera unas expectativas falsas ante su gente y, cuando fracasa, no solamente evita tomar una decisión sino que devuelve la responsabilidad, que es suya, a su propia gente.

Va a proponer el NO diciendo que es un SI al acuerdo; la única posibilidad que todavía cabe es que la sociedad griega dé un SI y le diga que NO a su gestión.

Un verdadero desastre. Detrás de sus camisas sin corbata, sus motocicletas, sus mochilas y su aspecto informal al vestir no había sino eso: formas. No había nada más. ¿Seguirá inyectando dinero a los bancos griegos el Banco Central Europeo?… Es el momento más delicado de la historia del euro. Veremos qué pasa el lunes.

Me llama la atención las declaraciones y análisis de tantos y tantos, políticos, especialistas y periodistas que nos han venido a decir que todo esto no era sino un pequeño teatro para escenificar finalmente un acuerdo. Cuanta frivolidad, cuanto buenismo y cuanto miedo a llamar a las cosas por su nombre.

Tenemos lo que merecemos.

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