Control mental
Publicado por Eugenio Ibarzabal el 09 Jul 2008, en Sin categoría
Tengo la impresión de que pocas veces como en esta semana se ha podido comprobar la importancia del control mental a la hora de lograr determinados éxitos en la vida. En una sociedad en la que la cultura dominante insiste en la importancia de cuidar el cuerpo, y que cuando habla de cuidar también el interior está hablando de tomar un yogur, sucesos como los de esta semana hacen ver lo que significa mimar la mente, y con ello la vida interior y los misterios de sus logros. Siempre recordaré la frase de Dostoyevski, que recordando sus diez años en una prisión y hablando a un joven escritor, le dijo lo siguiente: “Allí aprendí a conocerme de verdad, amigo mío. Aprendí a conocer a Cristo, aprendí a conocer al hombre ruso… Mis mejores ideas se me ocurrieron entonces… Oh, si pudieras ser enviado a cumplir una pena de trabajos forzados”… ¡Qué tiene que haber conseguido una persona en esa situación para poder decir luego eso!…
En efecto, lo sucedido con Ingrid Betancourt me interesa profundamente. Bastó que la liberaran para volver a ser ella. ¡Más de uno habrá pensado que no habrá sido para tanto al comprobar su actitud, su aspecto y su desenvoltura!… Y sin embargo, la lección es doble: hasta eso se puede aguantar, y a pesar de ser horrible, parece incluso haberle hecho bien. Misterios de la condición humana, en contradicción flagrante con la cultura dominante. Y junto a ella, el militar que la ayudó en los momentos claves, posiblemente más torturado que ella, y que sin embargo consigue estar ahí, darle de comer y mantenerla viva. Aparentemente tan sencillo, tan eficaz y de consecuencias tan inmensas. ¿De qué se habrá alimentado esa mujer a lo largo de estos años para poderse mantener de este modo?…
Nadal es otro ejemplo. Te lo imaginas con la moral hacia arriba cuando va ganando; te lo imaginas con la moral por los suelos cuando luego va perdiendo; te lo imaginas -o quizá no, de ahí su mérito- jugando con su mente, comunicándose a sí mismo, introduciéndose mensajes y evitando los malos pensamientos. Luego ganó, pero podía haber perdido, porque Federer estaba practicando lo mismo que él. Eso. Cuando le escucho hablar, quiero además pensar que lo suyo es mucho más que técnica.
No puedo dejar de mencionar un ejemplo de control mental, pero al revés. Supongo que más de una persona habrá pensado hasta donde han llegado los hombres y mujeres que, con la mejor intención, llegaron a las FARC. Me ha recordado una frase de Solzhenitsin en el “Archipiélago GULAG”: “Para hacer el mal, el ser humano debe creer ante todo que lo que hace es bueno”. Y es que, en este sentido, lo que han hecho con estos secuestrados, me ha recordado lo que otros más cercanos hicieron con Ortega Lara.
Esto es una despedida. Me voy para Santiago de Chile y luego a Buenos Aires, con mi buen amigo Andoni Iñigo del Centro de Innovación Urkide. Vamos a presentar lo que hacemos y, si así lo consideran, ayudar. Hasta Septiembre. Buenas vacaciones.