Como algunos saben, el pasado día 20 se celebró el seminario “Innovación Personal”, en Urkide. A tenor de las encuestas, uno podría quedarse satisfecho. Pero creo que se puede hacer aún mejor. En el futuro se incorporarán al seminario los escaladores Josune Bereziartu y Rikar Otaegi. Se trataría de que los asistentes conocieran qué supone asumir, renunciar y hacer lo que toca en una situación de riesgo estando colgados de una pared. Tenemos ya pensadas un par de intervenciones, aunque a empresas concretas. Tal vez tardemos algo más en hacerlo en un espacio abierto. Y en cuanto podamos nos gustaría hacer una experiencia on-line.

Por algunas reuniones mantenidas a lo largo de esta semana, tengo la impresión de que se empieza a vislumbrar por parte de algunos que esta crisis nos hace visualizar aún con más fuerza, otra auténtica crisis, la de valores. Europa, España, el País Vasco, estamos “blandos”, y los próximos 25 años van a poder contemplar una auténtica redistribución de fuerza a nivel planetario. O dicho de otra manera, hay quien va a subir y quien va a bajar.

Con todo el mal que haya podido generar, la crisis financiera no es más que algo coyuntural. La auténtica, la verdadera, la que aún parece quedar detrás pero ha de asomar muy pronto de una manera brutal es la derivada de una economía global. Es como si acontecimientos recientes se hubieran superpuesto, sin dejarnos ver lo realmente importante. Y es que algunos bajones que se están produciendo tienen que ver, sí, con lo financiero, pero lo fundamental es que se está produciendo una crisis de corte financiero precisamente cuando la competitividad en Europa, y más en España, comienza a resentirse. Y ese es el auténtico problema, guste o no.

Y ante eso hay dos actitudes: la que demuestra el Grupo Mondragón plantando cara, o la de la izquierda francesa demostrando que no se enteran absolutamente de nada. Royal intuye lo que hay que hacer, pero Aubry no ha hecho sino recoger el voto anti-Royal. Eso es lo que realmente les une.

Si se crea menos riqueza hay que ayudar a los desfavorecidos por la crisis, pero también, parece obvio, generar aún más riqueza. Y, de la misma manera que los desfavorecidos tienen cara y ojos, los que a lo largo de la historia han generado riqueza, lo tienen también, son los emprendedores. Y si entre estos últimos ha habido, hay y habrá aprovechamiento, entre los primeros también la ha habido, la hay y la habrá. Porque la naturaleza humana es como es. En mi opinión, las auténticas preguntas son:
· ¿cómo se generan más emprendedores?..
· ¿cómo evitar que otras salidas, como la administración, sean tan atractivas?…
· ¿cómo ayudar a los que, a su vez, pueden ayudar?…
· ¿cómo hacer que los hijos tomen las riendas en las empresas familiares, en lugar de abandonarlas?…
· ¿cómo exigir responsabilidades a los que emprenden, y a su vez limitarlas?…

Sinceramente, me da pavor cuando algunos afirman que lo que la reciente crisis ha confirmado es que recetas como las que se derivan de las preguntas anteriores se han demostrado no válidas. El tiempo lo dirá. Creo sinceramente que no quieren enterarse de nada. En el fondo, es como si todos supiéramos lo hay que hacer, pero nadie se atreve a “hacer lo que toca”, optando por lo que “ideológicamente nos gusta”.

No puedo terminar sin decir que me ha llamado la atención la respuesta del Real Madrid a la crisis: más dinero si se ganan los siguientes nosécuantos partidos. ¿Ese es el acicate?… ¿La raíz del problema residía entonces en algún malestar derivado tal vez de alguna comparación económica desfavorable con algún otro competidor?… Como crean que esa es la solución, van bien. ¿Cuándo acabará esta dinámica de locos?…

Me gustó la película “El Greco”.