Eugenio Ibarzabal

Caminar

Publicado por el 23 Feb 2022, en Sin categoría

Dejé de correr a los cincuenta años, por temor al posible daño en mis rodillas, decisión de la que me alegro cada día. Y comencé entonces a caminar. Lo he hecho durante muchos años en razón del ejercicio, y, por tanto, en bien de la salud; no creo que sea necesario alabar sus beneficios. Pero llevo un tiempo en que caminar se ha convertido en algo más. En mucho más.

Con frecuencia me dicen que si escribo es porque me gusta. Trato de explicar de que no es exactamente así, pero da exactamente igual: hay quienes jamás han escrito nada, pero parecen conocer porqué escribimos los demás. Ocurre algo parecido al hablar de creencias; muchos no creyentes parecen conocer mejor que los creyentes las razones por las que creemos. No sé por qué preguntan cuando no les interesa nada nuestra respuesta. Termino por decirles que los que creen y los que no creen conjugan el mismo verbo, y que también los no creyentes, en su caso, tendrían la obligación de demostrar por qué no creen. Pero es un afán estéril.

Muy pronto abandono esas conversaciones, porque no tienen interés alguno.

No es, pues, gustar el verbo que conjugo al ponerme a escribir. Utilizaría tal vez entender, construir de la nada, concatenar, narrar, unir una historia a un ritmo, encontrar la propia voz, imaginar y muchos otros verbos. Pero no el de gustar. Sin embargo, cuando hablo de caminar, el verbo apropiado sí es gustar. O tal vez disfrutar.

Porque lo que de verdad me gusta es caminar.

Y últimamente me gusta más porque ha dejado de ser un mero ejercicio para lograr luego estar bien; he descubierto que caminar es una manera de vivir. Cada vez más descubro que, al caminar, aprovecho mejor el tiempo que se me ha dado; tengo la sensación de haber hecho algo bueno en esas horas; todo lo contrario de lo que siento tras leer por la mañana las noticias de ese mismo día.

Hace unas semanas tuve un problema en la rodilla, que, finalmente, se solucionó. En ese momento imaginé mi vida sin poder caminar como ahora hago. Hay sin duda cosas más graves, y que algún día llegarán, pero tengo que reconocer que me di cuenta de que mi vida cambiaría de manera sustancial. A mucho peor.

Porque un tipo de ejercicio se puede sustituir por otro, pero, ya digo, caminar es mucho más.

Caminar para mí es ver el mundo de otra manera; en realidad, es salirme de él. Por un tiempo. Para luego volver. ¡Cuántos artículos y libros habré escrito caminando! Aunque, últimamente, he de reconocerlo, me cuesta más y más volver a la ciudad, para tener que escuchar los mismos gritos de siempre, observar cómo algunos nos ensucian paredes y plazas, y cómo otros nos bloquean los espacios públicos so pretexto de defender, dicen, lo público.

Y no son precisamente los más necesitados. Estos últimos son invisibles.

¡Sé que no todo es aspereza, pero qué áspero se ha vuelto casi todo!

Caminar es, pues, escapar, fortalecerse y volver de nuevo al tajo. Me relaja leer experiencias de grandes caminantes, como Thoreau, Stevenson, Rousseau, Simone de Beauvoir y tantos otros. Últimamente he disfrutado mucho con los libros de David Le Breton. Pero también sufrí con la estremecedora historia de Christopher McCandless, narrada por Jon Krakauer en “Hacia rutas salvajes”.

 

Caminar es también meditar, porque uno descubre que hay muchas maneras de hacerlo, pues caminar es -en aparente contradicción- detenerse, observar lo que normalmente no se ve, descubrir aquello que tenemos delante y que parece que nos está haciendo, lentamente, señas y nos saluda de manera tan amable, centrarse en esas novedades, atisbar esos pequeños cambios, permanecer ahí y luego volver, convertido en otro.

Instalarse en la lentitud del paso de las nubes.

Descubrir lo bello que es nuestro país y el regalo del lugar en el que vivimos.

Y en ese transcurso del camino, conocer nuevos lugares, leer historias, descubrir monumentos en los que antes no me había fijado, conversar con los que nos encontremos y comer luego bien.

Conversar, porque una cosa es conversar y otra muy distinta discutir, y caminando es difícil ponerse a discutir. Parece el escenario más propicio para escuchar. Lo digo tras una larga experiencia.

Y es que estoy harto de discutir. ¡Qué necesidad tengo de convencer de nada a nadie, qué importa ya quién tiene más razón, por qué perder el tiempo en esfuerzos tan inútiles, de los que, al poco tiempo, ya ni me acuerdo!

O, más bien, de los que solo recuerdo el malestar posterior.

Eso es caminar; la actividad más placentera y barata que yo conozco. Dudo que haya algo que lo mejore en términos, como se dice ahora, de calidad y precio.

Este artículo es también una invitación. Si a alguien le apetece incorporarse a una andada conmigo, estaré encantado. Si alguien desea mostrarme sus caminatas preferidas, le diré que me apunto. Si alguien quiere conocer las mías, puede contar con ellas.

En definitiva, si alguien quiere conocer, conversar y luego comer bien, que me escriba.

Estoy escribiendo un libro que constituye un repaso de mis lugares y personajes favoritos. Si alguien me quiere acompañar que se dirija a mi correo electrónico.

Hombre o mujer, mayor o joven, de un lugar u otro, de unas ideas u otras.

Serán bienvenidos.

Comentarios

  • Patxi Santiago

    “Man running, man running” oímos a nuestras espaldas mientras recorríamos hace ya varios años unos bonitos senderos difuminados por la niebla en el Lake District inglés. Nos hicimos a un lado y un hombre paso corriendo a toda velocidad …. Se enteraría de los sonidos del bosque, advertiría la belleza de los caserones señoriales semiocultos entre árboles….o solo iría atento al crono ??
    Correr vs caminar… la vida corriendo o caminando.

    Gracias por el ofrecimiento y la invitación a compartir caminos. Espero en alguna ocasión poder coincidir.

    Conoces el libro «Elogio del caminar» de Shane O’Mara???.

  • Eugenio Ibarzabal

    Patxi, no conocía el libro «Elogio del caminar», de Shane O’Mara. Curiosamente tiene el mismo título de uno de Le Breton.

    Pero me he puesto a hojearlo y me ha parecido que puede ser un complemento magnífico a la vertiente un tanto meditativa que menciono en el blog.

    O´Mara habla de la vertiente de salud, tanto física como mental. Es evidente que los beneficios de caminar son inmensos.

    Lo voy a comprar.

    Pero lo que sí conozco por haber caminado por allí son los Lake District, por donde anduvimos en unas fechas muy especiales para mí.

    Es un sitio inolvidable, sin duda, aunque solo sea porque caminas mientras te están sobrevolando a muy baja distancia aviones de combate,

    pues hay un aeródromo militar cercano.

    Es maravilloso, salvo cuando llueve, que es lo más frecuente, y el barro te termina cansando.

    Por lo demás, altamente recomendable.

    Hay una historia adicional. Buena parte de ese territorio, ubicado en Cumbria, es donación de la escritora Beatrix Potter, creadora de un personaje literario muy conocido: Peter Rabbit.

    Su historia personal amorosa es un poco triste, pero quedará inmortalizada por lo que escribió y por lo que legó a la sociedad.

    Gracias.

    Eugenio.


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