Eugenio Ibarzabal

Algunas preguntas a Mario Conde

Publicado por el 31 Mar 2008, en Sin categoría

Me quedé a ver la entrevista con Mario Conde. No la voy a juzgar. No soy quién. Tan solo voy a tratar de describir lo que percibí, fijándome en lo que dijo, en lo que no dijo y en su lenguaje corporal, que a su vez dice… y mucho. Algunas de las preguntas que hago son las que me hubiera gustado haberle hecho en ese momento.

  • En Mario Conde se puede apreciar la marca del sufrimiento. Físicamente. Los surcos de su cara me llamaron la atención. No eran simplemente las de un hombre que ha perdido peso, que se puede recuperar, sino la expresión de algo ya irrecuperable. Dudo que alguien dijera que ha salido tan pimpante de la cárcel. No, se aprecia que ha sido muy duro.
  • Me llamó la atención su autocontrol mental. Se contenía constantemente: sus manos le delataban. Apenas sonrió.
  • Son varias las personas que se han dado cuenta de que no se arrepintió de nada. Es cierto. ¿Tenía que hacerlo?… ¿Y tenía que hacerlo en ese escenario, un circo?… Pero hay otra cuestión. Lo haya dicho o no, ¿se habrá arrepentido interiormente de algo?… ¿Habría repetido tal alarde de visibilidad, o hubiera dicho ahora que una persona de negocios no debe salir en medios?… ¿Seguirá pensando hoy que si no sales en medios es que como si no hicieras nada, que si no se vende es como si no se existiera?…
  • Es sin duda hombre inteligente: entró en la cárcel con la situación visualizada, y desde el mismo día se situó en la nueva situación, tratando de sacar lo mejor de la situación. Se trata exactamente de eso. Y él lo hizo.
  • Pero en esta vida no sólo cuenta ser inteligente: dijo que lo que le pasó luego estaba previsto y escrito en su discurso del Doctorado Honoris Causa en la Complutense. Si fue así, ¿cómo no fue capaz de evitarlo?…
  • En ese discurso hablaba de que nadie debería escapar al control de los demás, tampoco los mejores. ¿Se refería a él?… ¿Fue tal vez esta la razón por la que cayó, porque no hubo quien le controlara en aquellos primeros momentos?…
  • Alguien que le conocía muy bien me dijo de él hace ya muchos años que su problema es que “se hizo un personaje antes de ser persona”… Y hace falta ser incluso mucho más inteligente que él para dominar a la fiera que todos creamos en un determinado momento.
  • La inteligencia no es un mérito: es como ser guapo o feo, alto o bajo, haber nacido aquí o allá. Es un dato. El criterio no es ése. Lo único importante es lo que haces con ello: y es evidente que hay “lúcidos” que se destrozan. El político más inteligente que he conocido en mi vida se hundió, y lo hizo él mismo.
  • ¿Cuándo se hace el balance en la vida de una persona?… El ejemplo de Conde es claro: según el momento en que introducimos el termómetro el juicio puede ser uno u otro. Una vida admirable en un momento, un desastre profesional luego, una vida de sufrimiento más tarde… ¿Cuándo juzgar una vida?… ¿No será mejor que no sepamos ni el día ni la hora, luchar y confiar?…
  • Lo cierto es que ha salido del hoyo, y si es verdad como dijo, sin “tumores en el alma”, en ese caso sí es realmente admirable. Entonces sí que podrá decir: “hubo pena, pero mereció la pena”…
  • A la vista de lo que luego sucedió, ¿quién estaba más acertado, su mujer o él?…
  • ¿Cuántos de los que hoy le desprecian y no quisieran saber nada de él, en su momento le admiraron y en el fondo, pudiendo hacerlo, quisieron ser y hacer lo que él?… En el fondo, ¿su figura no es un buen espejo en el que mirarnos un poco todos?…

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